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Veo imágenes de la creación de Xilitla, ese Shangri-La en lo más profundo de la selva. ¿Tal vez ya no somos capaces de soñar de ese modo? Nuestros sueños mas preciados son ahora catalogados de imperialistas, racistas, sexistas. ¿Qué pasara ahora, nos cerramos en cuestiones de sensibilidad y nos quitamos la mascara para declararnos abusadores y cínicos? ¿Es más sincero vivir en un pragmatismo carente de emociones? El pensamiento de estar en la jungla me sigue, en una jungla que no es nada más que jungla. El cielo y el mar solos, y nuestra atención en algún otro lado. El hielo en los polos, fracturándose a sonidos profundos que no escuchamos. ¿Por qué estamos adheridos a estas pantallas todo el tiempo, hay un futuro en ellas? Los arboles quieren pensar con nosotros, nuestras mentes se vuelven ellos cuando pensamos con la vista fija en todo lo verde. Nuestras mentes se detienen, se ventilan, no hay nada que hacer solo airarse, soñar. Hay un potencial en lo abstracto, en lo no planeado. Existe un camino, pero ninguna autopista, es mas bien como una inesperada improvisación del paisaje, a traves de la ciudad y de la jungla. Busco a Leonora pero también a mis amigos que ya no están. Tal vez no encuentre nada, pero aun así quiero dejarme llevar, entregarme a lo inesperado y a la libre improvisación.